Reseña | Salt and Sacrifice – La llegada de un nuevo souls-like 2D

Salt and Sacrifice es uno de los tantos resultados del impacto que tuvo Dark Souls en la industria de los videojuegos. Hoy en día es normal escuchar que cada lanzamiento de un juego difícil, la comunidad lo llama “el Dark Souls” de literalmente cualquier cosa. En el caso específico de Salt and Sacrifice, estamos ante un videojuego que va aún más allá de eso, tomando inspiraciones directas de la franquicia de Miyazaki.

Lo más interesante de Salt and Sacrifice, es que estas inspiraciones toman un giro para que se sientan frescas y no se sienta solamente como una copia de Dark Souls en dos dimensiones, al igual de arriesgarse a tomar elementos y mecánicas de otro tipo de videojuegos como Monster Hunter. Pero, ¿todas estas decisiones arriesgadas lograron hacer que se sintieran bien dentro del juego?

El inicio de nuestra aventura por las tierras santas

Salt and Sacrifice nos pone en el papel de un inquisidor que se encuentra “marcado” por un hechizo que le permite existir en este mundo, sin estar vivo ni muerto. El objetivo de nuestro inquisidor, será simplemente cazar magos que traen caos al mundo. 

La premisa en realidad es bastante simple y directa. El juego no nos da muchas explicaciones sobre lo que está pasando alrededor de nosotros, lo único explícito que se le dice al jugador es que su objetivo como inquisidor es empezar a cazar magos. 

La poca historia que se nos ofrece en Salt and Sacrifice, es narrada por los npc que se encuentran alrededor de todo el mundo. Al hablar con ellos nos proporcionan algunos diálogos que nos cuentan un poquito de la historia sobre el lugar en donde te encuentras, al igual de darte algunas pistas sobre cuál es el siguiente lugar al que debes de ir. Todos estos diálogos son bastante crípticos, por lo que mucho se tendrá que llenar con la imaginación y lógica propia del jugador.  

Este tipo de narrativas confusas y místicas son algo ya tradicional en este tipo de juegos, por lo que en realidad no está del todo mal. Todas las personas que disfrutan de las narrativas tipo Dark Souls se van a sentir contentos con la historia de Salt and Sacrifice, pero en caso de que estés buscando un videojuego con mucha sustancia narrativa, aquí no lo vas a encontrar. 

El método de ataque de todo inquisidor 

Para cumplir nuestra misión en la cacería de magos en Salt and Sacrifice, contamos con una gran variedad de ítems y armas. Los ítems son objetos consumibles que nos ayudan a dejar a los enemigos en un estado de vulnerabilidad, utilizando desde objetos que hacen daño elemental, hasta las clásicas bombas que hacen daño masivo. Por su parte, contamos con una gran variedad de armas que se ajustan a los gustos de cada jugador. Tenemos las típicas armas de peso ligero como las dagas, espadas cortas o los báculos, y tenemos armas pesadas como las hachas o espadas largas, al igual de contar con un arco para facilitar el combate a distancia. 

El esquema de controles que nos ofrece Salt and Sacrifice es bastante simple y funcional. Para la ofensiva tenemos un botón dedicado al ataque ligero y uno para el ataque pesado, y tenemos un botón de apuntado ya sea para lanzar objetos o usar nuestro arco. Para defendernos contamos con un dash para esquivar los ataques de los enemigos, y tenemos un botón dedicado al bloqueo de ataques.

El control cuenta con un buen mapeo de botones que es bastante intuitivo de utilizar. Salt and Sacrifice nos proporciona un tutorial en los primeros segundos de la aventura, pero podría asegurarles que muchas personas ni siquiera tendrán necesidad de prestarle atención debido a lo intuitivo que es, lo cual habla muy bien del diseño de controles. 

Gracias al buen esquema de controles de Salt and Sacrifice, el combate se siente bastante bien en las manos, y algo que ayuda mucho a mantener el sentimiento de adrenalina al jugar, es la retroalimentación hacia el jugador. Al momento de conectar múltiples ataques a un enemigo, se desencadenan efectos visuales y auditivos que logran hacer que tus ataques sean sumamente satisfactorios. 

Desgraciadamente, este apartado no es del todo perfecto, ya qué hay una acción en específico que no le vi ningún sentido durante toda mi experiencia, la cual es la defensa. Al momento de utilizar la defensa para cubrirse del ataque de un enemigo, se reduce nuestra barra de estamina significativamente, además de infringir cierto porcentaje de daño. A mi parecer, esto es demasiado castigo para utilizar el bloqueo, en su lugar, el 90% de las veces prefería hacer un dash para esquivar el ataque, eso me aseguraba no perder tanta estamina, y si lograba hacerlo bien, no recibía absolutamente nada de daño.

Los enemigos que bloquean nuestro paso 

En Salt and Sacrifice contamos con una gran variedad de enemigos y jefes por derrotar. Los enemigos normales varían mucho dependiendo de la zona en donde nos encontremos, y los enemigos más poderosos que podremos encontrar son los ya mencionados magos, y algunos jefes que bloquearán nuestro camino principal múltiples veces. 

Empezando con los enemigos normales, contamos con una muy buena variedad que te mantendrá sorprendido durante tus horas de juego. Cada una de las zonas de Salt and Sacrifice nos ofrece diferentes estilos de enemigos con sus propias mecánicas y sorpresas. Incluso al movernos de habitación dentro de una misma zona, podemos terminar sorprendidos encontrando algo que no creeríamos ver. Gracias a esto, el juego se siente bastante fresco en todo momento y no abusa de la repetición.

En cuestión de los jefes “normales” de Salt and Sacrifice, encontraremos uno cada cierto progreso que realicemos. Estos jefes funcionan como en cualquier otro videojuego, al avanzar lo suficiente encontraremos a alguno que nos bloquea el paso, por lo que tendremos que derrotarlo para poder seguir avanzando. La variedad de jefes igual es bastante amplia en cuanto a diseño estético y de mecánicas, por lo que nunca sabrás qué es lo que te espera. El problema de estos jefes, es que llegan a ser mucho más simples de lo que deberían. Todos cuentan con un promedio de solamente 4 o 5 movimientos, y esto resulta en dos problemas graves.

El primero de los problemas, es que al tener pocos tipos de movimientos, cada uno  de ellos es excesivamente poderoso, lo cual resulta en una batalla injusta, en donde si cometes un mínimo error puedes resultar muerto. El segundo, es que si combinamos los pocos movimientos con el daño injusto, resultará en que mueras constantemente y la batalla se torne en algo súper repetitivo con poca emoción en ellas. Es normal que este tipo de juegos quieran hacer todo lo posible por ofrecer una experiencia difícil, pero hay una línea muy delgada entre ser difícil y entretenido, a ser difícil y frustrante, y desgraciadamente Salt and Sacrifice cruza esa línea. 

Por último, hablemos de los enemigos principales del juego, los magos. Los magos son los jefes destacados de Salt and Sacrifice, los encontraremos escondidos por todo el mapa, pero a diferencia de los jefes normales, la pelea con los magos se tiene que activar manualmente, por lo que estos no interfieren en tu camino y te permiten pelear contra ellos en el momento que tu quieras. Al activar la secuencia de cacería, el mago empezará a rondar por todo el mapa, obligándonos a perseguirlo para matarlo. Durante toda la cacería, el mago invocará a varios enemigos menores para bloquear nuestro paso. Al lograr acorralarlo, empezará la secuencia de combate normal, en donde tendremos que derrotarlo. 

Toda la idea de los magos suena bastante bien en papel, pero desafortunadamente no logran funcionar en un 100%. Para empezar, al no ser un tipo de jefe “obligatorio” para seguir avanzando en el mapa, tenían que darle valor a la pelea de una u otra forma. La manera en la que solucionaron esto, es prácticamente convirtiéndolos en monstruos de Monster Hunter. ¿Por qué digo esto? porque al estarlos persiguiendo durante todo el proceso de cacería, el mago y los enemigos que este invoca van soltando materiales, los cuales sirven para craftear nuevas armaduras y armas más poderosas, lo que nos obliga a estarlos cazando una y otra vez, porque efectivamente, pueden ser cazados más de una vez.

Al derrotar a un mago por primera vez, volverá a aparecer de nuevo rondando por el mapa, solo que ahora aparecerá en una localización totalmente aleatoria. Esto provoca que farmear los materiales de los magos se vuelva super frustrante. Y lo peor de esto, es que los lugares en donde vuelven a aparecer, no están diseñados para las peleas contra ellos. Por ejemplo, en una ocasión me tocó que un mago apareciera en una zona infestada de enemigos, lo cual hacía prácticamente imposible la batalla contra él. De nuevo, Salt and Sacrifice cruzó la delgada línea de la frustración sin sentido.    

La estructura del mapa

Pasando a la forma en la que exploramos el amplio mapa que nos ofrece Salt and Sacrifice, contamos con un HUB principal en donde estamos libres de peligro. En este HUB podemos reabastecernos, subir de nivel, comprar ítems y craftear objetos. Al centro de esta zona de descanso, tenemos un portal que nos llevará a los distintos mapas que tenemos a nuestra disposición. El juego está dividido en cinco mapas generales, cada uno con sus objetivos a cumplir, jefes a derrotar y ambientaciones únicas. 

Cada uno de los cinco mapas se sienten muy distintos entré sí, y como se mencionó anteriormente, cada uno tiene sus propios enemigos únicos, por lo que constantemente quedarás sorprendido con todo lo que te aguarda, al igual de mantenerte con la intriga de saber que cosas nuevas estás por ver. Estos mapas tampoco se limitan a un solo tipo de ambientación, constantemente estarás viendo distintos tipos de terrenos. En este apartado, Salt and Sacrifice cumple por mucho.  

Salt and Sacrifice al ser una inspiración directa de Dark Souls, no podía dejar de lado las “hogueras”. Aquí también contamos con estos puntos de “hogueras” que sirven para descansar, reabastecernos y volver a nuestro HUB principal. Desafortunadamente, no implementan una función crucial para este tipo de checkpoints, el viaje rápido.

Después de regresar al HUB, es normal que queramos llegar lo más rápido posible al checkpoint en donde nos quedamos, pero desafortunadamente no contamos con un sistema de viaje rápido para teletransportarnos a él, en su lugar, tendremos que recorrer de nuevo todo el mapa para llegar a donde estábamos. Esto hace que el juego se alargue muchísimo de una manera artificial, haciendo que se agregue a la lista de cosas frustrantes y mal diseñadas del juego.

Salt and Sacrifice también intenta ser un metroidvania, dándote herramientas que te sirven para abrir zonas que habías visto con anterioridad pero que no pudiste acceder a ellas. En realidad estas herramientas ayudan a que la exploración del mapa sea más fluida, pero falla en el apartado de metroidvania. Si bien existen estas zonas bloqueadas, son muy pocas. El mapa está más diseñado para ser recorrido linealmente que como un metroidvania, por lo que las personas que esperaban que se exprimiera este potencial, desgraciadamente saldrán decepcionados. 

Todo buen inquisidor también sabe crear sus propias cosas

Uno de los aspectos más importantes para Salt and Sacrifice es la recolección de materiales para el crafteo de ítems. En general no hay mucho que hablar sobre este apartado, igual que en cualquier otro videojuego con este elemento, encontramos diversos materiales en el mapa que nos sirven para la creación de los ítems que más nos sirven. Pero hay algo que se debe destacar sobre el crafteo, y es que los frascos que te curan la salud también tienen que ser creados con los materiales que encuentres.

El hecho de tener que craftear tus pociones de HP es algo que no se debería implementar en este tipo de videojuegos. Imagínense que esto estuviera implementado en Elden Ring o en Dark Souls, al momento de quedarte atascado en un jefe, gracias a tus múltiples intentos fallidos quedarías sin ninguna poción de HP para poder seguir intentando, lo cual te interrumpe la batalla y la emoción del momento para obligarte a que vayas a farmear materiales. Esto es exactamente lo que pasa en Salt and Sacrifice, lo único que ocasiona esta mecánica, es interrumpirte la adrenalina de la batalla y nuevamente alargar el juego de manera artificial. 

El sistema de progresión

En Salt and Sacrifice subiremos de nivel como en cualquier souls-like. Al matar enemigos, nos otorgan un tipo de moneda que podemos utilizar para subir niveles. Al subir de nivel suben nuestros puntos de vigor y se nos otorga una moneda para utilizarla en el árbol de habilidades.

El árbol de habilidades sirve para subir cualquier tipo de estadística de nuestro personaje. Este sistema está sorprendentemente bien implementado. En un principio pensaba que subir las estadísticas en un árbol de habilidades era mala idea, pero, a la larga se fue sintiendo como una gran implementación. Esto le brinda su propio ritmo y toque personal al juego, por lo que ayuda a que se sienta diferente a cualquier otro souls-like del mercado. 

Presentación ante todo

Salt and Sacrifice nos brinda una muy buena banda sonora. Ayuda mucho a la ambientación del juego, y sabe perfectamente cuándo es que debe cambiar de ritmo para adaptarse a la acción que estamos viendo en pantalla. Por desgracia, esto no es lo mismo para los efectos de sonido, ya que suenan muy comprimidos a comparación de la música. Todos los efectos de ataque, daño, defensa o literalmente cualquier cosa, se escuchan de una calidad muy mediana, y la música al ser de buena calidad, hace que los efectos de sonido contrasten mucho y se sientan aún peor.  

Gráficamente, Salt and Sacrifice sabe tomar su propia personalidad, y logra encontrar un estilo artístico único. Esto provoca que el juego sea fácilmente identificable y se sienta diferente a cualquier otro videojuego. Como podrán darse cuenta a través de las capturas de la reseña, el juego también cuenta con diseños de personajes y enemigos muy únicos. Definitivamente esto es una grata sorpresa. 

En cuestiones de rendimiento, tuve la oportunidad de jugarlo en una PC con una 3080 Ti. Todo el tiempo estuve jugando en una resolución de 3440x1440p a 144 fps estables. Nunca tuve ningún tipo de bajones en la resolución ni en los cuadros por segundo, siempre corrió de manera fluida. Tampoco me encontré con ningún tipo de bug ni glitch durante todo el juego, por lo que podría asegurar que Salt and Sacrifice es una experiencia muy bien pulida.  

Entonces… ¿Salt and Sacrifice vale la pena?

Salt and Sacrifice es un juego que deja mucho que desear. Arriesgarse a combinar mecánicas souls-like con las de un Monster Hunter, es algo que no funcionó del todo bien. La falta de viaje rápido hace que el juego sea muchísimo más largo de lo que debería. El obligarte a farmear materiales de los magos para hacerte más fuerte es algo tedioso. El hecho de tener pociones de hp limitadas a los materiales que tengas, también alarga el juego artificialmente y lo vuelve frustrante.

Pero a pesar de todos los errores que se cometen, Salt and Sacrifice es una experiencia divertida y única en muchos momentos. Todo el tiempo el juego sabe mantenerte sorprendido gracias a su buen diseño y su gran variedad de enemigos y ambientes. Si a esto le sumamos el buen gameplay que tiene, ya tenemos un videojuego sólido que funciona al menos hasta cierto nivel. 

La verdad no me atrevería del todo a recomendar Salt and Sacrifice, debido a que los problemas que tiene son lo suficientemente grandes para molestar a cualquier persona. Pero si ese tipo de problemas no te molestan a ti en lo personal, cómpralo sin miedo, es una experiencia sólida que se puede disfrutar de principio a fin a su propia manera.