Desde su inicio en 1984, “Dragon Ball” ha mantenido su posición como una de las franquicias más lucrativas y queridas del mundo. Según la empresa de investigación de aplicaciones Sensor Tower, los dos juegos móviles de Dragon Ball, incluyendo Dragon Ball Z DOKKAN BATTLE, lanzado en 2015, han superado los 5 mil millones de dólares en ingresos globales para febrero de 2024. La película “Dragon Ball Super: Super Hero”, lanzada en 2022, logró una taquilla global de 13 mil millones de yenes. Además, en Arabia Saudita, se ha anunciado la construcción de un parque temático de una escala comparable a Tokyo Disneyland.
En marzo, el creador original Akira Toriyama falleció, lo que causó una gran tristeza entre sus seguidores. Sin embargo, el impulso de Dragon Ball no muestra signos de desaceleración y sigue acelerando su presencia global. Los involucrados en la franquicia coinciden en que “la simplicidad” es la clave de su atractivo. Un insider del Grupo Bandai Namco explicó: “Al analizar por qué los juegos tuvieron éxito en Norteamérica, parecía que la sencillez de ‘Vamos a luchar para ver quién es el más fuerte’, que se puede disfrutar sin mucho pensamiento, resonó con la gente“.
El año pasado, un incidente sacudió el negocio de Dragon Ball. En mayo de 2023, Akio Iyoku, exjefe de la Dragon Ball Room de Shueisha, se independizó junto con varios subordinados y fundó una nueva empresa, Capsule Corporation Tokyo, con el objetivo de gestionar actividades creativas y manejar los derechos de propiedad intelectual. Iyoku, quien se convirtió en jefe de la Dragon Ball Room en 2016 después de ser editor en jefe de V Jump, tomó esta decisión sin consultar a sus superiores. Un insider de Shueisha recordó: “Sin consultar a sus superiores, Iyoku decidió unilateralmente hacer una adaptación cinematográfica de ‘SAND LAND’ de Toriyama-sensei. Siempre se enfocó en servir al autor, para bien o para mal. Al mismo tiempo, hubo críticas de las empresas de producción de anime y las cadenas de televisión sobre su actitud condescendiente“.
Además, la falta de progreso en colaboraciones con el metaverso y la inteligencia artificial, que los superiores anticipaban, llevó a su reasignación a un nuevo departamento en 2022. Esta transferencia no deseada fue el detonante de su independencia en menos de un año. Iyoku, quien era el portavoz de Toriyama, se independizó, pero los derechos del manga estaban gestionados por Shueisha, lo que generó confusión sobre quién debía ser consultado respecto a asuntos relacionados con la obra original. “Las reuniones sobre Dragon Ball eran organizadas de manera muy vaga, invitando a ‘todas las partes relevantes’, lo que incluía sutilmente tanto a Iyoku como a representantes de Shueisha, haciendo que la coordinación fuera extremadamente estresante“, dijo un insider de Bandai Namco.
La muerte de Toriyama ocurrió en medio de esta batalla por los derechos. Las discusiones continuaron sin el autor original, y “las disputas han continuado y aún no se han resuelto“, señaló un empleado de Shueisha. Algunos ejecutivos de la industria están buscando una resolución que involucre a la familia de Toriyama, afirmando que “depende de cómo se sienta la familia al respecto“. La pregunta sigue siendo quién tomará finalmente el liderazgo en la gestión de esta gigantesca propiedad intelectual. El futuro de esta batalla estancada, que no es propia de un manga shonen, sigue siendo incierto.
En conclusión, mientras Dragon Ball sigue siendo una fuerza imparable en el mercado global, la franquicia enfrenta desafíos internos significativos que deben resolverse para asegurar su legado y prosperidad continuos.
Fuente: Toyo Kezai via @SupaChronicles
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