Ken Akamatsu, renombrado autor y miembro de la Cámara de Consejeros de Japón, ha reportado el cierre de Manga Library Z, una plataforma de lectura de manga que desde hace 14 años brindaba acceso gratuito a obras descatalogadas, financiada principalmente a través de ingresos por anuncios y suscripciones premium. El motivo del cierre se debe a que la compañía de procesamiento de pagos decidió cancelar todos los métodos de pago disponibles, incluidas las transacciones con tarjetas de crédito, dejando a la plataforma sin ingresos suficientes para continuar operando.
Akamatsu explicó que la plataforma dependía de los pagos por suscripciones para mantener los servidores y otros costos. Sin embargo, la compañía de pagos suspendió todos los métodos de transacción, afectando incluso los pagos ya realizados, lo que dejó a Manga Library Z en una situación económica insostenible. Ante la imposibilidad de operar únicamente con los ingresos residuales de BitCash, el único método de pago aún funcional, el equipo de Manga Library Z determinó que cerrar el sitio era la única opción viable.
Esta situación ha desatado preocupación tanto en los círculos creativos como entre los usuarios, quienes temen que este tipo de restricciones pueda ser replicado en otras plataformas, afectando la libertad de expresión. Usuarios en redes sociales expresaron sus inquietudes, señalando que el poder de veto de las compañías de pago pone en peligro el acceso a diversas formas de contenido. Algunos comentarios sugieren que estos métodos de presión económica podrían limitar la publicación de contenido políticamente o socialmente controvertido, lo que representa un riesgo serio para la libertad de información.
Algunos de los comentarios destacaron cómo esta situación se asemeja a otras sanciones, como las impuestas a los creadores de contenido rusos tras el inicio de la guerra en Ucrania. Un usuario indicó: “Estamos viendo cómo las decisiones de empresas de pago afectan el acceso y la difusión de ciertos tipos de contenido. Este tipo de presión es preocupante porque si pueden frenar un servicio así, ¿qué sigue después?“. Otro comentó: “El poder que estas compañías tienen sobre el contenido cultural es una amenaza para el libre acceso a la información y la democracia“.
El creador de videojuegos Yoko Taro, conocido por su trabajo en las franquicias de ‘Drakengard’ y ‘NieR’, también se sumó al debate, señalando que la capacidad de veto de los procesadores de pagos puede extenderse a múltiples sectores de contenido y expresó su preocupación sobre la creciente capacidad de estas empresas para controlar lo que los usuarios pueden consumir. Otros seguidores de la industria del manga, videojuegos y anime ven esto como una “grieta en la libertad creativa”, advirtiendo que este tipo de acciones podrían acabar afectando a todo tipo de creadores, desde ilustradores y escritores hasta VTubers y desarrolladores de videojuegos.
Ken Akamatsu expresó su preocupación sobre cómo el veto de un procesador de pagos puede destruir un proyecto cultural entero, y se disculpó con los usuarios por haber tenido que “ceder ante una empresa que controla los servicios de pago”. Akamatsu instó a que se investigue la legalidad y los fundamentos de estas prácticas, y se mostró decidido a aprovechar esta experiencia para plantear políticas que protejan la libertad de expresión y la publicación de contenidos en Japón.
El cierre de Manga Library Z representa un fuerte golpe para los lectores y para los defensores de la libertad de expresión en la era digital. Como uno de los primeros sitios en ofrecer manga fuera de circulación de forma gratuita y legal, su clausura marca un precedente preocupante sobre el rol de las compañías financieras en la regulación del acceso al contenido cultural en Japón.
- «Esto es un caso claro de violación de la ley antimonopolio. Si se puede hacer esto con obras de política y religión, el riesgo es demasiado alto».
- «Es peligroso que las grandes empresas puedan sancionar a un sitio simplemente porque no les gusta. Lo que hicieron aquí es similar a cuando, en la guerra de Ucrania, se les quitó el ingreso de YouTube a los creadores rusos. Es curioso cómo mucha gente no se da cuenta hasta que le afecta personalmente».
- «Esto es realmente preocupante. La libertad de expresión existe, pero el espacio para ejercerla se reduce. No tocan directamente el contenido, pero cierran todos los caminos para acceder a él. Es como si pudieran matar cualquier tipo de contenido extranjero con este método; es aterrador».
- «¿Será que tendremos que nacionalizar el sistema de pagos?».
- «Incluso Yoko Taro, creador de ‘Drakengard’ y ‘NieR’, se ha pronunciado sobre este tema. Las compañías de tarjetas de crédito han estado rechazando pagos para contenido adulto legítimo. Este tipo de control está cruzando límites; si las empresas de pagos tienen el control, también podría usarse como una herramienta de censura hacia otros países. Esto no se trata solo de la industria del entretenimiento para adultos o la libertad de expresión; es una vulnerabilidad para la democracia misma».
- «Es preocupante que hasta Yoko Taro haya tenido que intervenir en este asunto… Cuando los expertos se alarman, sabemos que el peligro es real. Si pensamos que un sitio para todas las edades tuvo que cerrar por esto, creadores de videojuegos, manga, anime, ilustradores y VTubers están en riesgo de perder toda capacidad de control sobre su propio trabajo».
- «Esta situación no es para tomársela a la ligera. Aunque no se reporte mucho, en Rusia todas las tarjetas de crédito occidentales y hasta el sistema de UnionPay de China fueron bloqueados. Solo pueden usar su propia tarjeta nacional ‘Mir’, y esa dependencia los está golpeando muy fuerte».
- «Es preocupante pensar que si una empresa de pagos decide que hay una ‘razón justificable’, pueden cerrar los pagos en cualquier momento. Esto ya es una guerra. Es lo mismo que un conflicto armado en sus primeras etapas».
- «Ahora sería posible que te digan algo como ‘Si no detienes la venta de libros que critican a Israel, te quitaremos el servicio de pagos y acabaremos con tu sitio.’ Realmente asusta que tengan este tipo de poder sobre lo que podemos consumir y crear».
Fuente: Hachima Kikou
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