My Dress-Up Darling: El live action reaviva la polémica con los cosplayers

El esperado live action de Sono Bisque Doll wa Koi wo Suru (My Dress-Up Darling) se estrenó y al parecer no logró encantar a los fans, quienes esperaban ver a Marin Kitagawa brillar como en el anime. Y es que su cosplay más icónico dejó mucho que desear, llevando a que los seguidores no tarden en realizar comparaciones, por lo que las redes estallaron en memes y fotos donde la “resolución” de los cosplays caseros parece superar con creces la producción oficial.

Japoneses critican el cosplay de Marin Kitagawa en el Live Action de My Dress-Up Darling y prefieren cosplayers independientes

El estreno del live action de Sono Bisque Doll wa Koi wo Suru (My Dress-Up Darling) no pasó desapercibido, pero no por las razones que la producción esperaba, siendo que los seguidores quedaron decepcionados con uno de los cosplays más reconocidos de Marin Kitagawa, afirmando que le faltaba ese toque mágico que convirtió al personaje en un ícono dentro del anime. Pronto, comenzaron las comparaciones: en redes sociales, fans inundaron los timelines con imágenes de cosplayers que recrean a Marin con tal nivel de detalle que dejan al live action fuera de foco. “La versión casera tiene mejor resolución que la oficial”, bromea un usuario en su cuenta de Twitter/X.

También muchos fans comenzaron a comparar, tanto con la serie de My Dress-Up Darling como con otros recientes live action, cada pliegue, textura y peinado del traje oficial con el trabajo de artistas independientes. “Cuando un cosplayer con presupuesto limitado logra más fidelidad que una producción entera, hay algo que no está funcionando”, se quejaba un seguidor, acompañado de una foto donde Marin luce radiante… pero no en el live action, sino gracias a una cosplayer.

Las opiniones de los fans reflejan una mezcla de admiración y frustración. Algunos destacan que, aunque el actor Fujihara mostró un desempeño notable, con una “resolución alta” en su actuación, la falta de fidelidad al material original ha sido desalentadora: “Es como si dijeran algo que en realidad no forma parte de la historia”, se queja un seguidor, sugiriendo que las decisiones creativas no resonaron con la audiencia. Además, muchos argumentan que los cosplayers abordan su arte con una dedicación y amor que a menudo supera la entrega de los actores, quienes, a pesar de su esfuerzo, parecen carecer de la conexión emocional que estos personajes requieren.

Al final, la pregunta que queda en el aire es: “¿Por qué decidieron convertir esto en una versión de acción real?” Esta inquietud refleja un sentimiento generalizado entre los seguidores, que anhelan ver sus historias favoritas cobrar vida de una manera que respete y celebre la esencia del material original. En un mundo donde el cosplay se eleva a una forma de arte apasionada y auténtica, muchos esperan que futuras adaptaciones aprendan de estas lecciones y rindan homenaje a la creatividad y el amor que los fans aportan a sus personajes favoritos.

En los últimos años, la proliferación de adaptaciones live action ha generado tantas expectativas como desilusiones, convirtiéndose en terreno de batalla para los fans más apasionados. Mientras las productoras buscan capitalizar el éxito de los animes, los seguidores exigen cada vez más fidelidad en la transición a la vida real, ya que esperan ver reflejada la esencia de sus personajes favoritos con la misma precisión y alma que en las obras originales. Esta “guerra constante” entre la visión creativa de las adaptaciones y el amor del fandom por los detalles ha dejado claro que, para ganarse el corazón del público, no basta con una simple recreación: la autenticidad es clave.

Esta polémica reaviva una discusión constante: ¿por qué los live action no logran capturar la esencia del anime? Si bien algunos intentos han sido aplaudidos, muchos otros terminan en desilusión. Por ahora, parece que los seguidores seguirán optando por el talento independiente y hecho a mano, donde la pasión por los personajes se traduce en trajes que parecen salidos directamente de la pantalla. Porque, al final del día, los fans tienen claro que el cosplay perfecto no se mide en presupuesto, sino en dedicación.